King Conan

El Rey Conan y Próspero, uno de sus hombres, buscan a Conn, pero no lo encuentran. El chico se extravió en medio de la cacería y creen que simplemente se ha perdido. El Rey Conan no se preocupa en exceso y cree que pasar una noche en la intemperie no sentará mal a su hijo. Sin embargo, durante la cena se empieza a poner nervioso y moviliza a todos sus hombres para encontrarlo. Durante la búsqueda se cruza con un búho blanco y tiene un mal presagio. Mientras tanto, Conn ha perdido la pista del ciervo blanco que perseguía. Como teme que su padre le azote por haber regresado tan tarde, piensa que si regresa con su presa será en cambio felicitado. De pronto lo vuelve a divisar entre los árboles y lo persigue. Cuando casi lo tiene a su alcance, el ciervo se transforma en una mujer vestida con una túnica de la piel del ciervo. La bruja le ordena que se rinde, pero el Príncipe Conn se niega a ello. Al mirar a su alrededor ve a unos hombres altos y enjutos de más de dos metros de altura de piel gris y sin rostro. Aunque Conn ofrece resistencia, está superado en número y uno de los atacantes logra golpearle la cabeza y dejarlo inconsciente. A la mañana siguiente, Euric, el jefe de los cazadores, encuentra una máscara blanca de marfil y la espada de Conn. Al cabo de una hora de seguir el rastro encuentran el cadáver de un hyperbóreo. Conan piensa que se dirigen hacia una trampa. El grupo prosigue el rastro hasta que encuentran la jabalina del príncipe con una nota en ella. El pergamino escrito en sangre insta a Conan a proseguir solo siguiendo el camino de la mano blanca en dirección a Pohiola si desea ver a su hijo con vida. Conan deja a Próspero al cargo de los hombres y prosigue el camino solo.

Cuando Conan alcanza los pantanos de los Reinos Fronterizos entre Aquilonia e Hyperbórea es atacado por un grupo de hombres semisalvajes que viven allí. La fuerza aplastante del número de sus enemigos finalmente puede con él y lo dejan inconsciente.

Conn es llevado hasta una fortaleza. Uno de los hombres enmascarados lo encadena a una pared y corta las ataduras que sujetaban sus manos. A continuación le dan algo de comer. Más tarde, Conn contempla como varios de los guerreros enmascarados traen a rastras a un hombre salvaje de los pantanos y lo degollan colgándolo sobre un brasero. Usando su sangre, la bruja Louhi invoca a Thot-Amon.

Algún tiempo más tarde, Conan recobra el conocimiento y se encuentra solo en medio del pantano. Los salvajes le han quitado todas sus pertenencias excepto pa ropa, pero se sorprende que los salvajes no lo hayan matado. Entonces ve la marca de una mano blanca sobre un tronco cercano y comprende la razón. Conan agarra un tronco y prosigue su camino. Para comer se zampa un pájaro crudo y también ha de hacer frente a una jauría de lobos salvajes, pero nada lo detiene.

La frontera con Hyperbórea está marcada con un enorme cráneo de mamut al que le han cortado los colmillos. Sobre él hay una inscripción que reza "La puerta de entrada de Hyperbórea es la puerta de la muerte para los que vienen aquí sin permiso". Conan sabe que no son palabras vacías, pero sigue avanzando. Finalmente alcanza la siniestra fortaleza. La puerta está abierta y Conan entra en el salón principal, allí encuentra a la Reina Sacerdotisa de los Brujos. Louhi está asombrada que Thot-Amon pueda tener tanto miedo de este hombre, pero cuando sus miradas se cruzan Louhi se ve obligada a apartar la mirada. Conan desea que lo lleven hasta su hijo y un brujo lo hace descender con una cuerda al fondo de un pozo. En su interior encuentra a su hijo Conn. El chico ha escuchado hablar a la bruja con Thot-Amon y piensa que tal vez quiera usarlo para controlar a Thot-Amon. Algo están tramando con muchos otros magos de otras partes del mundo. Es una conspiración contra los Reinos de Occidente. Thot-Amon es el líder del Anillo Negro y quiere unir su grupo con la Mano Blanca y con un grupo del lejano oriente llamado el Círculo Escarlata. Algún tiempo después, Conan y su hijo son llevados en presencia de los magos, entre quienes se encuentra su archienemigo Thot-Amon. El gran shamán Nenaunir se pregunta por qué tiene tanto temor de ese hombre, pero antes de que pueda responderle, Louhi decide organizar una lucha entre Conan y uno de sus sacerdotes que responde al nombre de Kamoinen. Conan consigue eludir su vara mágica y lo agarra por los aires arrojándolo al brasero. El enorme brasero se tumba llenando de carbones ardientes a Louhi, también las brasas alcanzan al hechicero oriental. Conan y su hijo empiezan a luchar contra los sacerdotes de la Mano Blanca. Conan salta hacia Thot-Amon, pero el hechicero desaparece en medio de una nube verde. También el shamán negro se marcha con el mismo sistema. Louhi ha quedado carbonizada, pero Pra-Eun lanza un hechizo y Conan empieza a ahogarse. De pronto una flecha atraviesa la garganta del hechicero oriental. Es Euric y sus hombres que han acudido en su ayuda y han tomado la fortaleza. Los aquilonios matan a todos los sacerdotes de la Mano Blanca y reducen la fortificación a un montón de piedras llameantes.