Munición maldita
HFH3 2
Control se pone en contacto con Marta Plateada para ver si está disponible para ser contratada. Ahora la mercenaria vive exiliada de su país y la cantidad que le ofrecen no es desdeñable para sus objetivos de construir una nueva vida en Synkaria, así que acepta la oferta.
En el último mes se han producido ocho disparos masivos en las guerras de bandas. Control quiere descubrir quien proporciona armas capaces de atravesar blindajes y muros. Por su propia iniciativa, Paladín decide ir a la morgue municipal a examinar los cadáveres. Pero Control está preocupada porque no esperaba que Paladín tomara esa iniciativa por su cuenta y tiene ya desplegada a un héroe en el tablero de juego.
Marta Plateada se enfrenta a un grupo de hombres armados con rifles capaces de atravesar cualquier cosa. Por lo que no puede dejar de moverse ya que las coberturas que encuentra saltan por los aires. Uno de los disparos la alcanza cerca y sale despedida por los aires gritando.
En la morgue Satana muestra a Paladín la naturaleza demoníaca de las armas. Estas se fusionan con su portador, son corta almas, que disparan balas demoníacas capaces de destrozar el espíritu de sus objetivos. Son insaciables y corrompen al portador que entra en un estado de frenesí asesino. Cuando se quedan sin vidas inocentes que tomar consumen a su portador. De pronto el cadáver se levanta, pero Satana lo destruye con sus poderes místicos. Rápidamente Paladín se pone en contacto con Control para advertirle de la naturaleza de las armas.
La advertencia de Control llega demasiado tarde, para hacer frente a sus agresores Marta Plateada se ha apoderado de una de las armas demoníacas y ahora no puede soltarla. De pronto es teleportada hasta Miami, donde se encuentra cara a cara con el Barón Azufre. Inmediatamente Misty se pone en contacto con otro héroe para que ayude a Marta Plateada quien empieza a disparar contra los hombres del Barón Azufre. En pocos minutos llega el Motorista Fantasma. Entre los dos pronto derrotan a las fuerzas del Barón. Pero Marta Plateada parece poseída y el Barón le ordena que use su rifle, la mujer le arroja el arma a sus manos, al haberle sacado las balas el rifle ha perdido parte de su poder. De pronto se abre un portal místico bajo los pies del Barón Azufre que lo engulle, y el Motorista saca a Marta Plateada de allí antes de que todo estalle.
Misty se disculpa con el Paladín por haberle gritado mientras él descubría la verdadera naturaleza de las armas. La mujer está sedada y sigue controlada por el Amo de las Marionetas mientras habla con el Paladín. Pero el mercenario se ha desplazado hasta la sala de control de Misty. Tal como sospechaba hay algo extraño en todo ello, la sala lleva abandonada desde hace meses aunque se supone que ella está allí hablando con él.
