Asedio
T 608
Tyr muestra a Balder los refuerzos que han llegado para las fuerzas invasoras, a Balder le parece extraño todo estoy y está seguro que los mortales no les atacarían con todo este poder. Heimdall descubre que el Encapuchado tiene las Piedras Norn y ven la mano de Loki detrás de ello. Así que se marcha con Heimdall para intentar encontrarlo y ordena a Tyr mantener la línea de lucha. Las palabras Knut resuenan todavía en los oídos de Tyr, que hoy morirá el Dios de la Guerra. Así que ordena a un guerrero mantener la línea mientras él se dirige a la enfermería a ver si puede sacar refuerzos de allí.
Mientras tanto Ragnarok ataca a Volstagg, pero el recuerdo de lo ocurrido en Chicago impide al dios defenderse apropiadamente de las agresiones. Inesperadamente empieza a huir de su atacante. En la casa de Bill Kelda ha terminado de contar como murió Bill. Pero la madre está sumida por el dolor y le piden que se marche. La diosa intenta expresar su dolor, pero el padre le insiste que lo mejor que puede hacer es dejarlos. Las fuerzas de HAMMER han rodeado la casa y ordenan a la diosa que se entregue. Kelda se dirige hacia la puerta.
Tyr llega a la enfermería, pero la sala es más una morgue que un lugar de curas, los guerreros están luchando hasta su último aliento. Allí ve el cadáver de Ares y se maldice por ser un covarde, así que regresa a la lucha. En el cielo Thor y el Vigía siguen luchando, todo el clamor de la lucha causa distracciones en los poderes de Heimdall y no puede dar con el paradero de Loki.
Volstagg ha conseguido atraer a Ragnarok hasta la base de Asgard, allí intenta hacerle frente, pero el clon es poderoso y lo golpea con su martillo arrojándolo brutalmente al suelo.
Tyr se reúne con el resto de los guerreros y los dirige de nuevo a la lucha. Allí se enfrenta en persona al Encapuchado, a quien intenta arrancar las Piedras Norn, pero lo lo consigue y el Encapuchado le arroja un fuerte rayo que deja a Tyr caído en medio de las ruinas de la ciudad.
La lucha entre Volstagg y Ragnarok prosigue. Este propina un fuerte golpe a Volstagg en la espalda que lo hace salir despedido a centenares de metros de distancia sacándolo incluso de debajo de Asgard. De pronto el Vigía atraviesa Asgard y la ciudad se desploma encima de Ragnarok ante los atónitos ojos de Volstagg.
