Asedio
DW 82
Un agente de HAMMER se pone nervioso por la lucha que se avecina y vomita. Daken lo obliga a comerse sus propios vómitos y le pega una paliza. Para él no habrá ningún campo de batalla hoy. Cuando Daken se aleja, los otros agentes llaman a los servicios médicos.
Daken se reúne con el resto de los Vengadores Oscuros. Spiderman está intentando ligar burdamente con Miss Marvel y Daken se mete en medio, así que Carla coge a Mac y se lo lleva del brazo. Al poco Norman da un discurso delante de las tropas para estimularlos para el combate que se avecina. Daken le dice irónicamente que se siente a salvo junto a él y Norman le replica que estará vigilándole. A lo que él responde para sí mismo que también lo vigilará.
Sin que se de cuenta las Norns están contemplando toda la escena místicamente desde su guarida y señalan a Daken como el Portador del Ragnarok. Aunque no pueden dirigir sus pasos, pueden darle opciones.
Lester está furioso de la actitud de Daken, así que le hace frente, pero el mutante está cómodo con su actitud manipuladora y le cuenta tranquilamente que lo ha convertido en su marioneta. Eso hace estallar a Lester, pero Norman interviene y los separa diciéndoles que se preparen para entrar en acción si tantas ganas tienen.
La lucha contra los dioses nórdicos prosigue sobre las calles de Asgard. Daken se encuentra junto a resto de los Vengadores Oscuros y en medio de las tropas de HAMMER luchando en primera línea de fuego contra los dioses asgardianos. Para él todo es un juego y estos son los últimos movimientos de la partida en la que ha estado envuelto.
Daken disfruta del momento, pero ya tiene bastante de juegos con los Vengadores Oscuros y se dirige hacia un de los dioses y le dice que puede entregarles la cabeza de Norman en una bandeja. Cuando el dios le pregunta porque haría eso, Norman le vuela la cabeza de un disparo. No sabe de que estaban hablando pero entiende que algo trama Daken, así que le pide que coja a una unidad de HAMMER y se dirija hacia el este. Daken señala hacia otro lado como si se produjera una nueva amenaza y atraviesa el pecho de Norman con sus garras.
