Almas perdidas
M/CP 48/2
Ramirez y McCloskey visten armaduras proporcionadas por el Holandés Errante y han atrapado a Judan Miranda. Al verse en esa situación, el hombre les cuenta que Payne están sometiendo al pueblo bajo su yugo, lo que es una completa mentira, y accede a acompañarlos hasta Potega para tenderle una trampa.
Payne se encuentra en su cabaña donde ha reunido una gran cantidad de armas. Con ellas quiere que la gente del pueblo aprenda a defenderse, ya que considera que es la única solución para que la situación pueda resolverse a largo término. La última de las armas que ha aparecido de su Capa de Oscuridad es una lanza y se pregunta que utilidad tendrá esa arma comparada con el resto de armas de fuego. En esas entra el Padre Perone, que se sorprende de todo el arsenal reunido y se enfurece con él por pretender que simples granjeros se conviertan en soldados.
Sin que los dos se den cuenta, Miranda los está espiando por la ventana y corre a contarles lo que ha visto al Coronel McCloskey y al Coronel Ramirez. Sin pensárselo dos veces lanza un misil contra el edificio que estalla por los aires quedando reducido a cenizas. Miranda corre de nuevo hacia el pueblo, y ve como Payne sale de entre los escombros llevando en brazos al moribundo religioso, que ha logrado salvarse solo gracias a la lanza. Pese a lo grave de su estado, el Padre Perone se da cuenta que Miranda los ha traicionado y le pide que diga la verdad para redimir su alma. En lugar de eso, Miranda vuelve a la gente del pueblo contra Payne alegando que ha sido él quien ha matado al Padre Perone. Payne se ve obligado a huir escondiéndose en la selva.
En esos momentos entran los dos generales a los que Miranda presenta como los nuevos liberadores del pueblo y decide que hay que organizar una celebración. Los dos dicen que saben como celebrarlo.
No muy lejos de allí el Holandés Errante se encuentra con Payne a quien piensa que todavía está a tiempo de salvar a Potega. El espectro le vuelve a pedir que se una a Mefisto para celebrar el festejo de destrucción y muerte. En ese preciso momento, los dos Generales empiezan a destruir el pueblo. Payne se lanza sobre el Holandés, pero éste lo rechaza de un golpe. Antes de que pueda levantarse del suelo llegan los dos Generales y se ponen al lado del Holandés Errante.