Silver Surfer vol 6

Llevar a una humana de compañera no resulta ser una tarea tan fácil como Estela Plateada creía, Dawn tiene que satisfacer sus necesidades mundanas varias veces al día, cada día, comer ir al baño. Estela ve puesta a prueba su paciencia tratando de satisfacer a su compañera. En cierto momento, Dawn se queja de que le duelen las amígdalas y Estela usa su poder cósmico para arrancárselas. Dawn no se esperaba algo así y se enfurece y le pide que como compensación le de el mejor helado de la galaxia. Estela Plateada decide satisfacerla una vez más y la lleva hasta el Planeta Prime, un lugar donde solo hay un representante de cada profesión que adquiere la maestría máxima en ella. En efecto, los helados del Heladero 1 son lo mejor que Dawn ha probado nunca. Como Estela Plateada no tiene dinero, transmuta en oro un helado como pago. La Banquera 1 ve la transacción y pone el grito en el cielo, pues la aparición de tanto oro rigeliano amenaza con la economía perfecta del Planeta Prime. Mientras el Guía Turístico 1 está explicando el funcionamiento de la sociedad primeana a Estela y Dwan, la Banquera 1 llama al Guerrero 1 para que los arreste. Aunque Estela Planteada intenta evitar el conflicto alegando que todo es un malentendido, el Guerrero 1 lo ataca y la lucha se vuelve inevitable. Mientras pelean Dawn se da cuenta de como terminar la lucha y pide a Estela que destruya la insignia del Guerrero 1. Al hacerlo, inmediatamente se activa la insignia de la Guerrera 2 y pasa a ser la nueva Guerrera 1, quien no ve motivos suficientes para continuar el conflicto. El antiguo Guerrero 1, ahora como Guerrero 0, ha quedado apartado del sistema de clasificación primeano y jura vengarse tanto de Estela Plateada como de Dawn.Los dos reemprenden su viaje estelar cuando Dawn vuelve a interrumpir a Estela. El ex heraldo se crispa pensando que es una nueva petición de la terrícola, pero Dawn le muestra un fenómeno cósmico que estaban a punto de pasar por alto: un sistema de cinco estrellas en plena cascada de supernovas sincrónicas. Estela le agradece que le haya hecho detenerse y los dos se quedan a contemplar el raro espectáculo.