All-New X-Men vol 2

La mujer está a punto de degollar a Hank cuando aparece el místico del grupo, un anciano vestido con harapos, y les hace ver que un hombre caído del cielo constituye un recurso valioso para Baal, especialmente ahora que su hijo ha escapado. La mujer no tiene más remedio que hacerle caso y atan a Hank a la silla de un caballo. Antes de marcarse, el Místico encuentra la máscara del Tercer Ojo de Horus caída en la arena y la recoge.

El Príncipe quiere marchar en un barco mercando hacia las tierras de origen de Evan, pero éste le responde que no va a abandonar a su amigo. Mientras hablan, Erika de Amnisos saluda al Príncipe. Mientras habla, la mujer agarra un fruto del puesto de un tendero, lo que desata un conflicto con él que enseguida escala y corre el peligro de desencadenar una pelea con espadas entre los mercaderes y la banda de Erika. En Sabah interviene y se saca la capucha para mostrar quien es al mercader. Entregándole una daga de oro se disculpa por el comportamiento de su amiga y pone fin pacíficamente al conflicto, cosa que sorprende de sobremanera a Evan. Los dos chicos se marchan acto seguido con Erika quien les ofrece ir a bañarse en las afueras de la ciudad y luego marcharse de Perufener en el barco de su padre.

El místico, que había estado con anterioridad al servicio de Rama Tut, cura a Hank. Por ello conoce la existencia de los viajeros temporales y la presencia del Ojo de Horus le ha hecho sospechar que está ante uno, ya que este objeto está en posesión de Rama Tut y se encuentra protegido día y noche. Usando unos polvos mágicos hace que Hank sea capaz de hablar y comprender el antiguo egipcio. El místico cree que Hank está al servicio de Apocalipsis y forma parte del Clan Akkaba, una organización de la que le habló Rama Tut. El proclama servir también a Apocalipsis, pero ne esas entra Baal en persona y aparta al Místico de un guantazo en la cara. El Místico le dice que el extranjero les puede ayudar a encontrar a su hijo, pero Baal está cansado de tanta cháchara y agarra a Hank por el cuello. Tiene una idea de como usarlo.

Erika y sus hombres, En Sabah y Evan se van a bañar a una ruinas en las afueras de la ciudad. Allí Erika cuenta a Evan como Baal, el padre de En Sabah, intenta convertir a su amigo en un asesino. Evan no termina de creer que esté ante Apocalipsis. Ya en la ciudad, los Incursores Dorados, la banda rival de los Jinetes de la Tormenta, los atacan. En Sabah pide a Evan que ponga a salvo a Erika y sus dos acompañantes, mientras él gana tiempo enfrentándose a los maleantes. Evan así lo hace y usa sus poderes metamórticos para agarrar y subir a la embarcación a Erika y sus hombres. Al ver como En Sabah se sacrifica para salvar a sus compañeros, Evan decide ayudarlo y con su ayuda, pueden subir los dos a bordo del barco mercante. Cuando se creen a salvo se proyecta una imagen astral de Baal, un mensaje a ciegas enviado por el místico, para advertirles que está torturando a Hank.