Spider-Man vol 2

Fabio y Miles hablan en la zona verde de la academia sin ser conscientes que Jessica Jones los está grabando. La conversación gira entorno a la identidad secreta de Miles y el hecho que Fabio es Bolas Doradas. También sale a relucir el nombre de los Vengadores. Antes de que pueda captar algo más, la directora de la escuela la sorprende grabándolos y Jessica se ve obligada a escapar de allí a toda prisa. Sin embargo, no es capaz de cogerle la matrícula del coche, porque éste no está matriculado.

Jefferson y Rio se toman algo en la terraza de un café. Jefferson se entera que su suegra ha decidido contratar a un detective privado para seguir a Miles y la convence para detenerla. Mientras hablan, Nova aparece volando y saluda a la gente mientras le hacen fotografías con el móvil. Rio le asegura que odia los secretos y cree que de aquí no puede salir nada bueno.

Ganke reusa ser un pagafantas, aunque Miles insiste en que hay chicas por las que es necesario pasar por esa fase para poderse acercar. Fabio coincide con Ganke, pero termina sacando el tema de su peso. Entonces Miles le responde que le diga directamente que está interesada por ella en ser algo más que amigos. Mientras siguen hablando sobre ello, Miles recibe una llamada de Tony Stark. Quiere verlo. Inmediatamente se pone el traje y se va a le encuentro con él. Iron Man lo está esperando y le cuenta la situación entre él y la Capitana Marvel en relación al tema de Ulysses. Quiere saber si puede contar con él para el conflicto que se avecina. A Miles no le gusta la idea de imaginarse luchando contra otros héroes y le pide tiempo para pensarlo.

Miles comparte con su padre su encuentro con Iron Man y le pide consejo para tomar una decisión. Jefferson se sorprende que haya acudido a él, pero cree que a veces hay que luchar por lo correcto. Y hablando de eso, Jefferson le recuerda que tarde o temprano deberá contarle a su madre su secreto y cuanto más tarde, más difícil será.

Rio se presenta en la oficina de Jessica Jones para pedirle que deje el seguimiento de su hijo. Jessica insiste en que la ha contratado su madre y no puede dejarlo si no se lo pide ella. Rio llega a ofrecerle hasta mil dólares si abandona el caso, pero Jessica los rechaza. Antes de irse, Rio quiere saber que ha descubierto, pero aunque la detective le responde que es un buen chico y no tiene que preocuparse, la mujer se pone a llorar y quiere saber cual es el secreto de su hijo.