Balder the Brave

Con Karnilla prisionera, Balder no puede pensar en escapar, por lo que arroja la Espada de Frey a Agnar para que huya con tan poderosa arma en dirección a Asgard para prevenir al Reino Dorado de la amenaza de los Gigantes de Hielo. Utgard Loki amenaza con matar a la Reina de los Norns si Agnar no se rinde pero el asgardiano no siente ningún aprecio por Karnilla y huye del lugar. Los Gigantes de Hielo exigen que la mujer sea sacrificada, pero Utgard Loki se niega ya que la necesita mantener prisionera para mantener a raya a Balder, así que tras ordenar que encadenen al asgardiano y colocar a Karnilla en el interior de un enorme frasco de cristal, lanza un hechizo para alterar mágicamente los caminos de salida de su reino para que todos terminen en su Fortaleza, también lanza un encantamiento para provocar un frío tan brutal que Agnar no pueda sobrevivir..

Agnar intenta infructuosamente encontrar el camino de salida de Jottunheim, pero descubre que todos los caminos le llevan de vuelta a la Fortaleza, además el frío es cada vez mas intenso que se siente desfallecer. Entonces en el horizonte aparece Rostroblanco, el cual le guia a traves de los páramos helados permitiendo salir del reino de los Gigantes.

En el interior de la Fortaleza, Balder es encadenado y encerrado en una gélida celda en la que terminaría congelándose. Pero algunos gigantes no estan dispuestos a esperar y entran en la celda dispuestos a acabar con el asgardiano solo para encontrar que este se ha librado de sus ataduras y usado el calor intenso para hacer un agujero en las paredes heladas para escapar. Los Gigantes de Hielo van a avisar a su Señor, pero no tienen ocasión ya que Balder irrumpe en el laboratorio de Utgard Loki dispuesto a liberar a Karnilla. Tras liberar a su amada, el asgardiano empieza a irradiar un calor tan intenso que empieza a derretir el castillo de hielo y provoca que los Gigantes de Hielo se vean reducidos al tamaño de diminutos enanos, con sus enemigos derrotados, Balder libra a la Reina de los Norns de sus ataduras y esta, furiosa, exige vengarse de sus torturadores pero Balder la convence que ahora no son un peligro para nadie tras lo cual, ambos abandonan la Fortaleza de Utgard Loki para regresar a Nornkeep, en su camino, encuentran el cadáver de Rattusk y Balder miente a Karnilla afirmando que su súbdito (al que había perdonado la vida), había demostrado su gratitud a su Reina actuando y muriendo heróicamente, Karnilla pide a Balder que le de sepultura y ambos deciden pasar allí la noche.

Agnar consigue por fin salir de Jottunheim y llegar hasta el Castillo de Karnilla, sin embargo está agotado y carece de agua y provisiones con lo que le resultará imposible llegar hasta Asgard. Entonces aparece Hogun, que venía en busca de Balder para informarle que el Gran Consejo se había reunido y decidido que el Dios Dorado sería el nuevo Monarca del Reino Dorado. Después que Agnar descansara unas horas, ambos asgardianos emprenden el viaje de vuelta a Asgard para prevenirles de la amenaza que representaban los Gigantes de Hielo, pero no antes de dejar el decreto del Gran Consejo colgado en una de las puertas, sujeto por uno de los puñales de Hogun.

En el trayecto de regreso al Reino de Karnilla, la Reina de los Norns y Balder intiman como nunca hasta ahora, el asgardiano se compromete a estar junto a su Reina y ayudarla a salvar a su pueblo del encantamiento de Utgard Loki.

De vuelta por fin a su Castillo, Karnilla es la primera en ver que un mensaje les aguarda en su hogar, tras distraer a su amado, lee el mensaje en que Balder es proclamado nuevo Rey de Asgard y sabe de inmediato que esto lo obligara a regresar al Reino Dorado alejándolo de él tal vez para siempre. La Reina de los Norns se plantea seriamente destruir el mensaje pero comprende que Balder nunca se lo perdonaría y le entrega la carta de Hogun, haciéndole ver que entiende que el bienestar de los súbditos están por encima de los intereses personales y que comprendía que debía marchar a Asgard. Balder se compromete a regresar junto a ella y la Reina de los Norns le confía no solo la Espada de Frey sino también su anillo real para recordarle que en Nornkeep había una mujer que le amaba. Aquella noche Balder abandona el Reino de los Norns, dejando atrás a Karnilla sola y triste en un reino de seres convertidos en piedra.