Conan el Bárbaro
CTB 46
Conan se encuentra en medio de la llanura desolada subido en un caballo cansado y perseguido a la distancia por los yemli, una raza de demonios remidos incluso por los nómadas del norte. Aunque ha sido seguido durante días ahora los demonios se hacen más intrépidos y Conan decide afrontarlos aún sabiendo que eso significa la muerte. Pero cuando lucha con ellos aparece ante él Merdoramon, un mago que lo invita a comer sentado apaciblemente en una alfombra. Los demonios no se les acercan. A cambio de mantener a los demonios alejados, el mago le pide que lleve un amuleto hasta Phalkar. El objeto es un cubo dorado transparente con lo que parece una llama congelada en su interior. Además le entrega una bolsa con monedas. Conan pasa la noche allí y al despertarse el mago ya no está pero sí su alfombra y comida. Conan lo come pero no demasiado.
Conan llega a Sfanol, una aldea a medio camino hacia su destino. Al entrar ve que los aldeanos van a quemar en una pira a una chica. Ivor la hace callar de una manotada cuando intenta defender su inocencia y la de Zoqquanor. Conan decide intervenir y se enfrenta a los aldeanos. Tras matar a unos cuantos los hombres huyen y Conan libera a la chica llevándosela con él. Ya en las afueras la chica que presenta como Stefanya quien confiesa a Conan que está unida místicamente al mago al que sirve. Si él muere ella también morirá. La chica lo guía hasta las ruinas de los que fue el caserío donde vivía con Zoqquanor. Todavía están los restos humeantes. Al explorarlas entrar en el edificio principal, pero son atacados por Shokkoth, un golem hecho con pequeñas piedras. Tras descubrir que es vulnerable al ácido. Conan arroja un frasco del laboratorio del mago y consigue destruirlo. En la habitación que el golem protegía encuentran al cuerpo de Zoqquanor inerte ni vivo ni muerto, yaciendo sobre un altar.